Ahorro energetico
Uso eficiente de la energía
Es imprescindible reducir la dependencia de nuestra
economía del petróleo y los combustibles fósiles. Es una tarea urgente, según
muchos de los estudiosos del ambiente, porque la amenaza del cambio climático
global y otros problemas ambientales son muy serias y porque, a medio plazo, no
podemos seguir basando nuestra forma de vida en una fuente de energía no
renovable que se va agotando. Además esto lo debemos hacer compatible, por un
deber elemental de justicia, con lograr el acceso a una vida más digna para
todos los habitantes del mundo.
Para lograr estos objetivos son muy importantes dos
cosas:
Por una parte aprender a obtener energía, de forma económica y
respetuosa con el ambiente, de las fuentes alternativas de las que hemos
hablado en páginas anteriores.
Pero más importante aún, es aprender a usar eficientemente la energía. Usar
eficientemente la energía significa no emplearla en actividades innecesarias y
conseguir hacer las tareas con el mínimo consumo de energía posible.
Desarrollar tecnologías y sistemas de vida y trabajo que ahorren energía es lo
más importante para lograr un auténtico desarrollo, que se pueda llamar
sostenible. Por ejemplo, se puede ahorrar energía en los automóviles, tanto
construyendo motores más eficientes, que empleen menor cantidad de combustible
por kilómetro, como con hábitos de conducción más racionales, como conducir a
menor velocidad o sin aceleraciones bruscas.
Técnicas de ahorro de energía
Las luces fluorescentes, que usan la cuarta parte
de la energía que consumen las incandescentes; el mejor aislamiento en los
edificios o los motores de automóvil de bajo consumo son ejemplos de nuevas
tecnologías que han influido de forma muy importante en el ahorro de energía.
Entre las posibilidades más interesantes de ahorro de energía están:
Cogeneración
Se llama cogeneración de energía a una técnica en
la que se aprovecha el calor residual. Por ejemplo utilizar el vapor caliente
que sale de una instalación tradicional, como podría ser una turbina de
producción de energía eléctrica, para suministrar energía para otros usos.
Hasta ahora lo usual era dejar que el vapor se enfriase, pero en esta técnica,
con el calor que le queda al vapor se calienta agua, se cocina o se usa en
otros procesos industriales.
Esta técnica se emplea cada vez más en industrias,
hospitales, hoteles y, en general, en instalaciones en las que se produce vapor
o calor, porque supone importantes ahorros energéticos y por tanto económicos,
que compensan las inversiones que hay que hacer para instalarla.
Aislamiento
de edificios
Se puede ahorrar mucha energía aislando
adecuadamente las viviendas, oficinas y edificios que necesitan calefacción o
aire acondicionado para mantenerse confortables. Construir un edificio con un
buen aislamiento cuesta más dinero, pero a la larga es más económico porque
ahorra mucho gasto de calefacción o de refrigeración del aire.
En chalets o casas pequeñas medidas tan simples
como plantar árboles que den sombra en verano o que corten los vientos
dominantes en invierno, se ha demostrado que ahorran entre un 15% a un 40% del
consumo de energía que hay que hacer para mantener la casa confortable.
Ahorro de
combustible en el transporte
En España, el transporte emplea algo menos de la
mitad de todo el petróleo consumido en el país. En todo el mundo los
automóviles, especialmente, junto a los demás medios de transporte, son los
principales responsables del consumo de petróleo y de la contaminación y del
aumento de CO2en la atmósfera. Por esto, cualquier ahorro de energía
en los motores o el uso de combustibles alternativos que contaminen menos,
tienen una gran repercusión.
Las mejoras en el diseño aerodinámico de los
automóviles, su disminución de peso y las nuevas tecnologías usadas en los
motores permiten construir ya, automóviles que hacen 25 km por litro de
gasolina y se están probando distintos prototipos que pueden hacer 40 km y más
por litro.
También se están construyendo interesantes
prototipos de coches que funcionan con electricidad, con metanol o etanol o con
otras fuentes de energía alternativas que contaminan menos y ahorran consumo de
petróleo. Los coches eléctricos pueden llegar a ser interesantes cuando sus
costos y rendimientos sean competitivos, pero siempre que usen electricidad
producida por medios limpios. Si consumen electricidad producida en una central
térmica, generan más contaminación que un coche de gasolina. Por esto sólo
interesan coches eléctricos que consuman electricidad producida con gas o,
mejor, con energía solar o hidrógeno.
El uso de hidrógeno como combustible es
especialmente interesante. Los científicos están estudiando la manera de
producirlo con ayuda de células fotovoltaicas cuya electricidad se usa para
descomponer el agua por electrólisis en hidrógeno y oxígeno. Después el hidrógeno
se usa como combustible en el motor del coche. Vuelve a unirse con el oxígeno
en una reacción que produce mucha energía, pero que no contamina prácticamente
nada pues regenera vapor de agua, no forma CO2 ni óxidos de
azufre, y los pocos óxidos de nitrógeno que se forman son fáciles de controlar.
Por ahora se han construido algunos prototipos, pero todavía sus costos y sus
prestaciones no son suficientemente buenos para comercializarlos.
Sin duda, el futuro del transporte irá por
combustibles alternativos y motores que consuman menos, pero además del avance
tecnológico, es necesario que la legislación favorezca la implantación de los
nuevos modelos y que se cree un estado de opinión entre los consumidores de
vehículos que favorezca la venta de los coches que ahorren energía.
En los países industriales la industria utiliza
entre la cuarta parte y un tercio del total de energía consumido en el país. En
los últimos años se ha notado un notable avance en la reducción del consumo de
energía por parte de las industrias. Las empresas se han dado cuenta de que una
de las maneras más eficaces de reducir costos y mejorar los beneficios es usar
eficientemente la energía.
Reciclar las materias primas es una de las maneras
más eficaces de ahorrar energía. Aproximadamente las tres cuartas partes de la
energía consumida por la industria se usa para extraer y elaborar las materias
primas. Si los metales se sacan de la chatarra sólo se necesita una fracción de
la energía empleada para extraerlos de los minerales. Así por ejemplo, reciclar
el acero emplea sólo el 14% de la energía que se usaría para obtenerlo de su
mena. Y en el caso del aluminio la energía empleada para reciclarlo es sólo el
5% de la que se usaría para fabricarlo nuevo.
Ahorro de energía en el mundo
En los países desarrollados, el consumo de energía
en los últimos veinte años, no sólo no ha crecido como se había previsto, sino
que ha disminuido. Las industrias fabrican sus productos empleando menos
energía; los aviones y los coches consumen menos combustible por kilómetro
recorrido y se gasta menos combustible en la calefacción de las casas porque
los aislamientos son mejores. Se calcula que desde 1970 a la actualidad se usa
un 20% de energía menos, de media, en la generación de la misma cantidad de
bienes.
En cambio en los países en desarrollo, aunque el
consumo de energía por persona es mucho menor que en los desarrollados, la
eficiencia en el uso de energía no mejora. Sucede esto, entre otros motivos,
porque muchas veces las tecnologías que implantan son anticuadas.
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